La medicina orienta a mantener la actividad física durante la recuperación de un ataque cerebral y la práctica supervisado por un profesional de la salud.
Si tiene un buen corazón, tiene un buen cerebro. Cualquier factor de riesgo que resulte dañino para el sistema cardiovascular, como alta presión arterial, fumar, obesidad o falta de actividad física, también es malo para el cerebro.