La mayoría de los humanos advierte mi presencia como una señal de peligro cuando son ellos los responsables que aparezca y me reproduzca en su cuerpo.
El placer de los efectos de Yo Depresión vive en los estados de ánimo de los humanos alterados por mi mejor aliado que va delante abonándome el camino para causar el mayor resultado. Él se llama estrés. Camuflado en la convulsionada vida que los humanos llevan para cumplir con los exigentes indicadores de la productividad moderna de las selvas de cemento (vida en las ciudades), me señala el momento de atacar.
«Yo Depresión» ante la ciencia médica
Mis consecuencias en la vida de los humanos, ha llevado a que la medicina me clasifique en la lista de enfermedades cerebrovasculares peligrosas. Me define como la causante de un trastorno del estado anímico. Dice que les causo sentimientos de tristeza, pérdida, ira y frustración para que les estorbe en su actividad diaria. Y que lo produzco durante un período de algunas semanas o más.
Acepto esta denominación. Pero lo que no estoy dispuesta a consentir es que toda la responsabilidad de sus trastornos es mía.
Miren. Ante los efectos de síntomas de la depresión como tristeza, melancolía, infelicidad y abatimiento, yo ofrezco a los humanos la contención rápida para que me traten sosegadamente: el medicamento antidepresivo.
Pero mis mayores enemigos, ese ejército de médicos llamados psiquiatras, que son doctores en medicina (MD, por sus siglas en inglés), ahora les aconsejan que las pastillas no son la única solución.
Pues bien, Yo Depresión estoy dispuesta a compartir con ellos su jugada para combatirme. La llaman prevención. Y el diagnóstico desde su consultorio, ejercicio. Así como lo ve. Ejercicio o vida nómada. Cuerpo en movimiento.
«La mejor droga para combatirme: el ejercicio»
El ejército de médicos llamados psiquiatras enseñan que llevar una vida nómada representada en el ejercicio, es un procedimiento eficaz contra Yo Depresión. Se atreven a decir que actúa tan bien como los antidepresivos.
Pero les advierto, no obstante la actividad física por sí sola no es suficiente para alguien con depresión severa. Quiere decir, el que se me ha entregado.
Sepa que si lo resuelve con voluntad, disciplina y esfuerzo al activar con ejercicio su vida productiva, iniciará una reacción biológica contra Yo Depresión. Sentirá muchos beneficios como la protección contra “mis colegas” las enfermedades cardíacas y la diabetes; mejorará el sueño y reducirá los efectos de otra de mis aliadas: la presión arterial.
El ejército de siquiatras que me combate aconseja que el Ejercicio de Alta Intensidad (Ver Definición1) libera sustancias químicas del cuerpo para sentirse bien llamadas endorfinas, lo que resulta en el «subidón del corredor» que reportan los corredores.
Esas endorfinas son también enemigas cuando me quiero acomodar en el cuerpo humano.
Pero para la mayoría de los humanos, el valor real está en el ejercicio de Baja Intensidad o Moderada sostenido en el tiempo. Ese tipo de actividad estimula la liberación de proteínas llamadas factores neurotróficos o de crecimiento, que hacen que las células nerviosas crezcan y establezcan nuevas conexiones, blindando las defensas del cuerpo contra mis efectos.
Para el decaimiento de Yo Depresión, una persona que realiza actividad física de Intensidad Moderada es capaz de mantener una conversación mientras lleva a cabo actividades como: andar a paso ligero, montar en bicicleta o bailar; nadar relajadamente, hacer una rutina de estiramientos, o participar en una clase de yoga o de Pilates para principiantes. Todo esto va en contra de mis estrategias para atacar el cuerpo humano.
En las personas que están deprimidas, que son el blanco perfecto para habitar de Yo Depresión, los neurocientíficos han notado que el hipocampo en el cerebro, la región que ayuda a regular el estado de ánimo, es más pequeño. El ejercicio apoya el crecimiento de las células nerviosas en el hipocampo, mejorando las conexiones de las células nerviosas.
«Vencerme, inténtelo. Muévase le ayudará»
Yo Depresión me manifiesto cuando produzco en su organismo trastornos del sueño, reducción de la energía, cambios en el apetito, dolores corporales y aumento de la percepción del dolor. Si no me quiere combatir, tómelo como un pretexto de motivación para no hacer ejercicio.
Yo Depresión he notado que ese ejército de médicos psiquiatras que me persigue advierte que es un ciclo difícil de romper. Sin embargo les recomiendan levantarse y moverse un poco como método de ayuda.
Sí, aunque lo tome como exceptivo, develo mis debilidades ante el ejercicio.
Comience con cinco minutos al día de caminata o cualquier actividad que disfrute. Pronto, cinco minutos de actividad se convertirán en 10 y 10 se convertirán en 15.
Siga los consejos de los expertos de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard, aunque para la ciencia todavía no está claro cuánto tiempo necesitan de hacer ejercicio, o con qué intensidad, antes de que la mejora de las células nerviosas comience a aliviar los síntomas de Yo Depresión.
Yo Depresión confieso que si usted se mueve con disciplina, me va causar que aminore mis efectos porque se sentirá mejor unas semanas después de comenzar a hacer ejercicio.
Aunque Medicina de Harvard advierte que este es un tratamiento a largo plazo, no una solución única: “Elija algo que pueda sostener con el tiempo. La clave es convertirlo en algo que le guste y que quiera seguir haciendo”.
Definición 1: El Ejercicio de Alta Intensidad lo define la escuela de formación para profesionales del ejercicio físico, Eshi2, como aquél que puede hacer que nuestro ritmo cardíaco aumente hasta un 75% más el ritmo habitual. Este tipo de actividad ayuda a quemar calorías y a estimular varios procesos metabólicos del cuerpo. Al tratarse de un ejercicio de tipo explosivo y no aeróbico es importante realizarlo en intervalos no muy largos, para ayudar a recuperar el cuerpo y no padecer ninguna lesión.
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RECOMENDAMOS:
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